La naturaleza ha decidido volver a la ciudad.
«Me gustaría dedicar estas páginas a todas aquellas personas que todavía se paran ante la visión de una flor que crece rebelde entre los adoquines, a los que acarician la hierba de un solar abandonado, a las que no dudan en recolectar las olivas que han madurado en la rama que supera un muro cualquiera. Este libro es para todos aquellos que cada día ven con esperanza un jardín en este lugar maltratado por la prisa, el tráfico y la contaminación. Ojalá tú también seas una de ellas».